Gran parte de la reconstrucción histórica de este oficio se centra en los recuerdos de tres hermanas de apellidos Londoño Rodríguez (Ligia, María Belén y Dolly) residentes del sector El Rosario de Piedras Blancas, descendientes de tatarabuelas lavanderas en el siglo XIX. Ellas conocieron de muchos avatares y cambios en el oficio por tradición oral y por su participación directa en esta actividad, de la que hicieron parte desde los siete años, cuando también desbotonaban claveles y recogían mostaza en la huerta doméstica para salir a vender en la ciudad.
Su padre y sus tíos fueron silleteros muy activos durante los primeros años del Desfile, y aunque ellas no cargaron silletas, se enorgullecen de su fortaleza y destreza para transportar bultos de ropa a través de los distintos medios ya referidos. María Belén todavía vende flores los domingos en el mercado público de Guarne, y la menor, Dolly, acaba de retirarse del lavado de ropa porque sus clientes tradicionales fallecieron.
Rendimos un homenaje especial a la hermana mayor, Ligia Londoño Rodríguez, quien falleció de 78 años en marzo de 2019, un año después de ser entrevistada para Raíces: Cultura Silletera. Un acercamiento a su historia de vida nos permitió conocer que su familia también se dedicaba a la agricultura, la extracción de cabuya y la comercialización de flores.