Las experiencias y las vivencias cotidianas de quienes hacen parte de este caleidoscopio han transcurrido en Santa Elena. Uno de los cinco corregimientos de Medellín; probablemente, el de mayor reconocimiento por parte de la ciudadanía.
Santa Elena es un territorio ubicado entre los valles de Aburrá y San Nicolás, e históricamente fue un lugar de paso de gran importancia desde el centro de Antioquia hacia el valle del río Magdalena, al cruzar por el Oriente del departamento. La Manifestación Cultural Silletera, presente en esta zona, abarca al corregimiento y a otras veredas pertenecientes a los municipios vecinos de Guarne, Envigado y Rionegro.
En total, se trata de 18 veredas, 11 de las cuales configuran el corregimiento Santa Elena de Medellín: Piedras Blancas – Matasano, Mazo, Media Luna, Piedra Gorda, Barro Blanco, El Placer, Centralidad, El Cerro, El Llano, El Plan y Las Palmas; por la parte de Guarne: San Ignacio, El Porvenir, La Palma y San Miguel; Perico y Pantanillo, que pertenecen a Envigado; y La Quiebra, a Rionegro.
Rumor del monte es un viaje a pie que busca representar los lugares del Territorio Cultural Silletero que por su relación con la comunidad han adquirido ciertos valores y significados asociados a la tradición, las costumbres, las leyendas y las historias propias de la comunidad de Santa Elena.
No se trata entonces de un ejercicio de cartografía tradicional, pues este mapa se construyó a partir de las emociones que suscitan los lugares más representativos del territorio en el imaginario colectivo. El Rumor del monte, más allá del lugar, se remite a los sonidos de los ríos y de las hojas; al silencio y la oscuridad del bosque; y, en general, a los espacios que han sido parte de los procesos de dinamización del territorio silletero.
También el rumor se asocia con la memoria y las historias que giran alrededor de los caminos que se fueron labrando con los pies de los campesinos y campesinas del territorio, como si se tratara de un dibujo. De esta manera, la permanencia de algunos caminos y la desaparición de otros debido a las dinámicas de poblamiento recuerdan aquellos versos que rezan «caminante, no hay camino, se hace camino al andar».
En las rutas trazadas en este mapa se encuentra un pasado lleno de ficciones e historias que dotaron de significado a algunos de estos lugares: desde las historias del Bailadero de las Brujas, el Pino del Diablo, el Alto de la Yegua hasta las memorias de las sociabilidades establecidas a partir del camino se encuentran aquí recopiladas después de varios recorridos, conversaciones y entrevistas que finalmente devinieron en dibujo y en relato.
Adicionalmente, en el cuaderno de viaje se sintetizan las experiencias derivadas de este viaje a pie por las confines del Corregimiento; se ilustran las historias y se narran las experiencias propias de los investigadores. Este producto ilustrado sigue la metáfora del camino como un dibujo que traza el derrotero de su propuesta estética, algo que se evoca en cada una de sus páginas.