Cabuya

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Producción de Cabuya
En Santa Elena…

Uno de los oficios campesinos más rigurosos que se practicaron en el territorio cultural de Santa Elena tiene que ver con las extenuantes labores dedicadas al procesamiento de la cabuya, cuyo apogeo fue notorio durante el siglo que va de 1880 a 1980, por las veredas de El Placer, La Honda, Piedras Blancas, Barro Blanco, San Miguel, La Palma, San Ignacio, El Plan y Perico.

Las pencas de fique cultivadas en las huertas proveían a los campesinos de fibras para trenzar, tejer y vender como materia prima en los mercados cercanos. Esta cabuya era esencial en la producción de utensilios: lazos, líchigos, mochilas, enjalmas y costales, pero en los hogares silleteros tenía un valor especial, pues de ella se tejían los cargadores de la silleta, cuya función era amortiguar y balancear con la cabeza el peso que se llevaba a la espalda. Es por ello que la cabuya, más que el material de una herramienta de trabajo, representa la laboriosidad y la tenacidad del mundo silletero.

Conoce más sobre este oficio

Memoria

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Legado siglo XIX: Hilando desde la raíz…

Conocí las dos abuelitas, los abuelos no los conocí… Eso venía desde la raíz, ellas lo que hacían era tejer costales, era trabajo para las mujeres, empleo, entonces ellas reclamaban semejante viaje de costales para poderlos coser, y los cosían en la mano, y entonces en la casa hacían lazos grandes, pequeños. A nosotros nos gustaba irnos para allá porque cada que íbamos ¡nos encantaba porque nos daban lazos nuevos! Eso se iban cadejiando y el otro taraba… una taraba eso era un palito y al lado le ponían una rueda, en esa rueda iba un gancho donde enganchaban el lazo, y se iban pegando el cadejo y se iban tarabeando… eso tenían un camino para salir de la casa, como salir de aquí para arriba y de por allá se devolvían con eso pero ya para poder doblarlo y hacer el lazo. Muy chiquita, dejaron de hilar, pero yo sí conocí el torno también en la casa de mi amá, hilaba que porque valía más hilada, llevaban esas por ahí.. eso decían ellos pues, que sacaban la cabuya era en un carrizo, no en máquina, porque después de eso fue sacada en máquina.Aurora Atehortúa

La producción de cabuya tuvo varios momentos claves en el territorio de Santa Elena. A finales del siglo XIX su abastecimiento era doméstico en pequeñas parcelas, pero al cambiar el siglo se fueron extendiendo los cultivos de fique por varios sectores hasta resultar muy provechosa su explotación con la ruidosa máquina desfibradora de motor, que impulsó su auge comercial entre las décadas de 1950 y 1980, hasta que el mercado de la fibra natural fue afectado por la importación de fibra sintética. A partir de entonces se signa el destierro de la planta de fique del territorio cultural silletero.

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Carriceros primera mitad del siglo XX: El que no tenía carrizo no tenía trabajo

Miguel Ángel Atehortúa Zapata, nacido en 1923

…el que no tuviera carrizo, el que no tuviera azadón y el que no tuviera un cargador, no conseguía trabajo…

Reinaldo de Jesús Atehortúa Atehortúa, nacido en 1949

El carrizo era cuando no habían molinos, que eso ya hace muchos años atrás, que no había una máquina pa’ sacar la fibra sino que en un carrizo llegaban y… era como un tabloncito con una hendija arriba y como dos bisagras, ahí metían la penquita y sacaban la fibrita ahí… ya la ponía, ya la lavaban, la secaban y la dejaban para hilar cabuya. Ya llegaba uno la limpiaba bien, la arreglaba así en bultos; por ahí de a 4 a 5 arrobas cada bulto, la llevaba para la Fábrica de Empaques… a la espalda con un cargador. Se doblaba así… en manojos, la encarraba uno de abajo hacia arriba y le quedaba un bulto cuadraito lo más de bonito.
Auge del molino o máquina desfibradora, 1950-1980

Miguel Ángel Atehortúa Zapata, nacido en 1923

La desfibradora… eso se empezó por ahí en el 50… allí en La Honda resultaron uno, dos en Guarne, entonces por aquí había mucha cabuya, llegaban a la casa y cortaban la cabuya.

Álvaro Antonio Patiño Álzate, nacido en 1955

Esos señores subían… casi prácticamente de Guarne, por ahí cerquita de la autopista, de una vereda que se llama San José. Ellos venían y… conversaban con mi papá… ¿Cuándo vamos a venir a desfibrarle la cabuya? ¡Ah, tal día o vengan cuando quieran! Ellos venían aquí a la casa, instalaban la máquina, desfibraban toda la de la huerta… De aquí se pasaban para la otra finca de enseguida. La cabuya, ellos la desfibraban y a nosotros nos tocaba organizarla… llevarla al charco, lavarla, y después extenderla en la manga, y sacudirla, irla volteando hasta que se secaba la cabuya.

Álvaro Antonio Patiño Álzate, nacido en 1955

En la fábrica donde le compran a uno la cabuya, a uno le dan el recibo de cuánto pesó la cabuya. Entonces, en ese tiempo, como uno le tenía que pagar al que le desfibraba la cabuya, uno le tenía que traer el recibo a él ¡Mirá, esto pesó tantas arrobas! Pero, digamos, uno no cobraba lo que sacaba en la huerta. Digamos, si uno sacaba 200 arrobas, no cobraba esas 200 (arrobas), sino lo que venía en el recibo. Porque de las 200, podían dar 250 o 300. La cabuya uno la saca, la seca y la vende, y la cabuya aumenta, de todas maneras aumenta.
Crisis en la producción de cabuya: Arrancar las pencas en la década de 1980

Reinaldo de Jesús Atehortúa Atehortúa, nacido en 1949

Hubo un tiempo de que la estaban pagando muy mal, entonces la gente se fue desmotivando de cultivar cabuya, entonces ya se acabó. Porque ya empezó la fibra a hacerle competencia a la cabuya… lo que es así de eso de costales de polieslileno y ya se acabó fue el cultivo por toda parte… y ya la cabuya fue quedando en segundo plano hasta que se terminó del todo. Ya se acabó el fique del todo totalmente. Ya nos fuimos a cultivar otras cosas: flores y comida.

Álvaro Antonio Patiño Álzate, nacido en 1955

La Compañía no volvió a comprarle cabuya a los cabuyeros. A ninguno. Iba uno allá con el viaje de cabuya y lo devolvían. Mucha gente arrancó la cabuya. Eran unos cortes de cabuya enormes, y los mochaban. Los mochaban que porque eso ya no servía. Como ya no la compraban.

Jaime Hernández Soto, nacido en 1933

Que como todo viene moderno, entonces dijeron: “no ya no vamos a comprar más cabuya, porque estamos sacando otros productos” entonces se fue acabando, acabando lentamente hasta que nos despacharon a todos… los dueños de los cultivos de cabuya dijeron: “no, pues si ya no la compran, pues ya, vamos a arrancar eso y vamos a sembrar otra cosa, vamos a sembrar frijol, vamos a sembrar comida, vamos a sembrar papa ¿Para que seguimos bobeando con esto si es un problema para vender eso que ya no la compran? Ah entonces se fue acabando lentamente. Al fin que se acabó el carbón, la cabuya y mucha cosa, nos pusimos a sembrar agricultura, flores, papa y de todo, entonces uno ya se va consiguiendo la vida de alguna forma.

Tradición

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Los oficios campesinos alrededor la manifestación cultural silletera promovieron prácticas colectivas legadas como formas de subsistencia entre los clanes familiares. Es el caso de la extracción, comercialización y tejido de la cabuya, cuyos procesos cobran relevancia en la memoria de los silleteros, por su relación cotidiana en las labores agrícolas.

A manera de tradición, este oficio convocaba a todos los miembros de la familia en el cultivo, beneficio y tejido de una fibra natural cuya planta brotaba de la tierra y no requería ninguna mediación de escuela para trabajarla, solo la atenta observación del trabajo de padres y abuelos en las huertas.

Alfonso Ríos
En ese entonces como había mucha pobreza entre los padres de nosotros, sucesivamente las familias éramos muy numerosas, nosotros íbamos empezando trabajando al lado del papá. Como muchas veces el trabajo del papá era en la huerta, en la casa, entonces uno empezaba a trabajar al lado de él. Aprendiendo a sacar cabuya en carrizo, ayudándole a sembrar papa, a sembrar unas matas de maíz, entonces en esa forma empezaba uno, de esa manera empezamos nosotros, así empecé yo.Alfonso Ríos Ramírez, 1933-2018

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Ruben-Amariles
Pone dos travesañitos, arriba y abajo, a la medida de la cabuya casi… y ya entonces comienza uno la pasa para allí, la aprieta, por encima, por el otro lado y ya… va trabando y va quedando así.Rubén Antonio Amariles Patiño

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Maria Elena Londono
Yo aprendí cuando… pequeña… veía a los tíos que hacían cargadores. Yo fuí un año allá… iba cada ocho días pa estudiar en El Ramal y allá iba pa onde la mamita y veía que los tíos hacían cargadores…iba los domingos por la tarde para estudiar toda la semana, venía los sábados al mediodía, claro que mi hermano también hizo una parte de tejer… pero él no le gustó como mucho, mucho no… dijo: ¡No yo me voy a organizar yo le dejo que usted haga los cardaores! Ya él se casó y ya me dejó a mi que hiciera los cargadores, tenía por ahí unos 23 años, pero yo sabía cómo se tejía ¡Yo sabía! Si, no era porque yo iba a venderlos, no, ellos venían y veían que otra persona llevaba un cargador y preguntaban ¿ah, quién hizo esos cargadores? ¡Ah, María Elena, la hija de Octavio!María Elena Londoño

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Galería de fotografías

Este conjunto de fotografías del Archivo Fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto muestran escenas cotidianas, materiales y herramientas del cultivo, beneficio y transporte de cabuya en Antioquia entre las décadas de 1930 y 1980.

Aunque no se refieren exclusivamente al territorio cultural silletero de Santa Elena, se pueden observar sistemas comunes de corte, secado y carga de esta fibra natural, cuyos protagonistas eran niños, fiqueros y campesinos.

Además se pueden reconocer sitios y lugares mencionados en la historias de Raíces y que fueron importantes en el contexto de la comercialización de la cabuya -los mercados públicos de Guarne y Rionegro, y la Compañía de Empaques de Itagûí-, hasta donde se trasladaron los carriceros, fiqueros y campesinos de Santa Elena con sus pesadas cargas a la espalda, a veces apoyados por arrieros y mulas.

Hoy podemos apreciar estas imágenes gracias a los lentes de los fotógrafos locales Francisco Mejía, Gabriel Carvajal Pérez, Horacio Gil Ochoa, León Francisco Ruíz Flórez, y Ángel Hernández Hernández. Todos sin duda aportan su legado en nuestra búsqueda de las raíces de la cultura silletera.

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